De todo un poco y de nada mucho


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10/12/07


LA FIESTA

Llegué a la fiesta un poco tarde, pero con tanto sueño que no saludé a nadie. Subí las escaleras de la que era como mi propia casa, busqué un cuarto vacío y me tiré a descansar la vista.
Cuando desperté ya casi no quedaba nadie en la fiesta. Bajé un poco tambaleante, aún recuperando las fuerzas de un sueño tan profundo. Abrí la puerta de la sala principal y lo vi a él. Hacía mucho tiempo que no nos cruzábamos, así que me alegré de verlo. Enseguida recordé que hacía apenas minutos, durante mi descanso, había estado soñando con él. Qué coincidencia, pensé.
Me acerqué y nos saludamos como si hiciera años no nos viéramos. Con una sonrisa de oreja a oreja me preguntó cómo estaba. Y con una sonrisa igual de grande le dije que estaba bien, "qué casualidad recién estaba soñando contigo". "En serio? - dijo él, y me volvió a abrazar, - vos y yo podríamos divertirnos mucho juntos". Yo me reí pero él no pudo notarlo, porque, cosa curiosa en los abrazos, cada uno mira para el lado opuesto...
Ya se iban todos los invitados, así que emprendí mi propia retirada, cuando él me pidió que lo dejara acompañarme -"estuviste durmiendo hasta hace poco, y no quiero que te pase nada" - me pareció un lindo gesto, y aunque me sospechaba que tal vez tendría intenciones menos sanas debajo de ese ofrecimiento casi paternal, le dije que estaba de acuerdo con que viniera, pero que no se esperara nada más. Para demostrarme que sus intenciones eran de caballero, no se subió al auto, sino que me siguió de cerca con su bicicleta. Pedaleaba tan apurado, para no perderme de vista, que me causaba una mezcla de ternura y gracia. Desde la ventanilla le gritaba alguna frase de vez en cuando, como para que sintiera que le agradecía su compañía. La carretarea estaba muy oscura, no se lograba ver bien el camino. Sobre la derecha pasaba un rio, que se iba haciendo cada vez más profundo, dando incluso la sensación de precipicio.
Y entonces, como si ya no fuera suficiente el tener que pedalear en traje y a esas horas de la noche, mi "guardaespaldas" tropezó, perdió el equilibrio, y en un abrir y cerrar de ojos cayó al río. Por suerte su caída se amortiguó con el agua y no le pasó nada. Sólo se ensopó y se rompió un poco el pantalón del traje. Enseguida bajé del auto e intenté ayudarlo, pero se notaba por su cara que se sentía humillado, avergonzado por la caída desgraciada que había tenido. Abrí la valija del auto en busca de una toalla, yo sabía que tenía una dentro de un bolso. Saqué la toalla y se la alcancé para que se secara.
En eso estábamos, cuando vi que se acercaba un patrullero. Frenaron delante de mi auto, con las luces de techo prendidas. Me iluminaron con una linterna y me obligaron a poner las manos sobre mi cabeza. Creyeron que estaba intentando robar el auto. Me empujaron contra el capot, y comenzaron a buscar evidencias del hurto. Yo les decía - "están equivocados, este auto es mío, no es lo que parece" - pero ellos ignoraban mis palabras, y para que me estuviera quieta, uno de ellos me aplicó una inyección de algún tranquilizante. Ignoro qué era, pero al instante comencé a sentirme somnolienta otra vez. Mis ojos querían cerrarse pero yo los obligaba a permanecer abiertos. Las últimas palabras que escuché antes de perder el conocimiento, fueron las del otro policía, que le decía al primero: "tiene razón la señora, este auto es suyo".

No sé cuantas horas habrán pasado, pero cuando abrí los ojos había mucho silencio en la habitación. Ni parecía que hubiera una fiesta abajo. Aún tumbándome por el sueño profundo que había tenido, busqué las escaleras y bajé. La fiesta estaba terminando. Abrí la puerta de la sala principal y ya casi no quedaban invitados, pero en el medio del salón lo vi. Y entonces recordé... hacía apenas unos minutos había estado soñando con él.

4 comentarios:

sebastian dijo...

Lindo, Borgeano, Laberíntico...

briones dijo...

jaja esta bueno el sueño...pero jaja bicicleta!! chale... lo que me dejo sorprendido es eso de la inyeccion... apoco asi de rudos es la policia´por alla


pero esta bueno el sueño y la experiencia


saludos

Luna Lunita dijo...

Que lindo sueño.....pero por dios chica Pastiche, esta vez no lo dejes ir en su bici, que se vaya contigo en el carro....y yo pues le daria un beso, pero yo, eso haria yo!! ja
saludos!

chica pastiche dijo...

decir que no controlo mis sueños, pero me hubiera gustado ser yo quien lo empuje de la bicicleta al precipicio. jojojojo.