De todo un poco y de nada mucho


Este blog ha sido creado en honor a todos los pastiches del mundo.
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Gracias.



2/9/09


Destino Final

Recuerdo los acontecimientos como si hubieran pasado ayer.
Yo iba al trabajo en bicicleta, porque en esa época era más cuerda y me había conseguido un trabajo cerca de mi casa.
La bicicleta, como no podía ser de otro modo, tenía nombre: se llamaba Arequita. Me la había regalado mi novio para mi cumpleaños de 24.

Arequita y yo íbamos a trabajar todas las mañanas, pero a ella le tocaba quedarse afuera atada a un árbol, con una cadena que compré expresamente para tal función.
El árbol, quiero aclarar, estaba adentro de la propiedad, o sea, atrás de un muro con rejas.

Sucedió que un día, cuando salí del trabajo, me di cuenta que Arequita no estaba. En su lugar, una cadena rota colgaba del árbol. Ni rastros de la pobre Arequita.
Cuando esas cosas pasan, sabrán que es rara la reacción. Al principio es de shock, sorpresa, incredulidad. La amargura viene después, agarrarse la cabeza, mirar para todos lados, correr sin rumbo fijo.

Pregunté a los que vi pasar "no vieron a alguien llevarse una bicicleta rosada?" (si, Arequita era rosada...), pero nadie había visto nada.

Desolada, entré a contarle a mis jefes que me habían robado la bicicleta. Los insensibles no entendían por qué estaba tan afligida. Insensibles y bananas, porque cualquier robo, aún el de una bicicleta sin nombre y sin valor afectivo, es algo que aflige a las personas.
Pero de todos modos, uno de ellos se ofreció a llevarme a la comisaría.

Entré a la comisaría resignada, convencida de que era totalmente inútil hacer la denuncia. Entonces escuché que alguien me llamaba por mi nombre. Era un amigo de hacía muchos años. Alguien que no había visto desde los 16. Resulta que en el tiempo que había pasado, él se había hecho policía, había venido a vivir a Montevideo, le había tocado trabajar en esa seccional, y justo ese día, tenía que hacer el turno de la tarde. Casualidad?

Fue verlo y me sentí mucho mejor.
Me preguntó qué hacía en la seccional y le conté sobre Arequita.
Pero antes de que terminara la descripción minuciosa de mi bicicleta, él sonrió y me preguntó "es una rosada?"
Mi cara se iluminó. "siii, es rosada, y tiene unas florcitas" (si, Arequita tenía florcitas...)
Entonces me acompañó hacia atrás de la comisaría, donde habían un montón de bicicletas, viejas, ruinosas, y en el medio de ellas: Arequita.
No la abracé porque habían otros policías mirando, pero se debió notar en mi cara la felicidad inconmesurable de haberme unido nuevamente con mi bicicleta.
Mi amigo el policía, pasó a ser un héroe desde ese entonces. Si bien que él no tuvo nada que ver con el "milagro".

El milagro sucedió porque un taxista buen samaritano, justo pasaba por la puerta de mi trabajo en el momento exacto en que 2 adolescentes, con MUCHA mala suerte, rompían la cadena de Arequita. En ese instante, el taxista se cruzó con un auto de la policía, que CASUALMENTE, pasaba por ahí. Le dijo lo que había visto, y la policía, sagaz y oportuna, capturó a los dos maleantes y rescató a mi querida Arequita.

Así que, nuevamente unidas y tras llenar unos formularios (sin tener que esperar mi número, porque para eso tengo un amigo policía), me fui a mi casa en bicicleta.

Toda una historia!

Lamentablemente, dos semanas después, entraron ladrones a casa.
Se llevaron un dvd, una botella de cocacola y por supuesto... se llevaron a Arequita.

15 comentarios:

Nandor dijo...

Sabido es (por ti, CP) que a mi me lleva cierto tiempo "procesar" tus posts, y como no podría ser de otra forma esta vez, aún no lo he procesado, pero claro, ante nada, me ataca la curiosidad (y recuerdo una peli que la vi un par de veces, una de ellas ayer donde un personaje hablaba al respecto de la relación entre la curiosidad y el conociemiento, y blablabla... pero no viene al caso más que por un recuerdo que me acaba de caer -medio largo el parentesis, no?-) y me pregunto: ¿por qué motivo habrá salido este post del cajón de los recuerdos?

P.D.: en un par de días, lo proceso, y quizá... lo comento
P.D.2: yo también tengo algún amigo policia

Nandor dijo...

Tuve que volver!
Se me ocurrió algo! (quizá sea por estar mirando demasiado CSI y ese dejo de investigador que tengo desde chico cuando juagaba al "Sherlock Holmes").
En tu última frase (léase con tono de investigador con cara seria y ese aire de que ya sabe que ocultas algo y que te lo va a hacer decir lo quieras o no) dijiste que los amigos de lo ajeno se llevaron de tu casa: un DVD, una botella de Coca Cola y a Arequita.
Me retrotraigo 4 post atrás y tengo un sospechoso del robo, mas bien diría una sospechosa.
¿Las pruebas?, los elementos encontrados en la escena:
-el DVD, el que usó para ver la peli
-Arequita, el vehículo para moverse a una distancia de 2 días... o 2 horas
¿y la Coca Cola?... seguro se la llevó para ir "apagando" el efecto de todas las cervezas.

Un caso más resuelto.

CP, ¿puedo hacer parte de la lista de heroes junto a tu amigo policia?

Marina Agra dijo...

Nooo... estaba predestinada Arequita. Pobre. Salut, Pastiche!

chica pastiche dijo...

Nándor...
confieso que me dejaste congelada (aunque también puede ser porque no me traje abrigo y viste que volvió el frío)

Tu hipótesis del robo es más que interesante. No se me había ocurrido, fijate vos, que pudieran estar relaciones estos dos episodios (separados en el tiempo por un par de pares de años).
Voy a investigar más a fondo.

Y sí, ya podés estar entre mis héroes.
(cuidado, con todo gran poder vienen grandes responsabilidades).

chica pastiche dijo...

Marina marina marinaaaa
Non devi lasciarmi mai più

cuando era pendeja, y me encaraban en los boliches, hacía la típica: me inventaba un nombre para no decir el mío verdadero (por qué hace uno esas cosas?)

Y el nombre que inventaba, siempre era "marina"
jjj
me acordé de eso recién...

Nandor dijo...

Yo con tu comentario me acordé de un episodio de mi... adolescencia?, bueno, no importa. Resulta que yo siempre supe que mi odontóloga se llamaba Estela, hasta ahí todo normal, pero un día se me ocurrió preguntarle si por un acaso tenía otro nombre, esa típica pregunta de cuando no tenés mucho de que hablar mientras estas esperando que haga efecto la anestecia, y resulta que me dice que su segundo nombre era Marina... Estela Marina... no podía reirme, primero porque quedaba mal y segundo (y escencial) porque aún en su mano estaba la jeringa de anestecia y muy cerca de ella... el torno!


O mia bella mora
no non mi lasciare
non mi devi rovinare
oh, no, no, no, no, no...

Marina Agra dijo...

ja ja ja... en serio? y no te cantaban: "ma ma ma, ma ma, marina... estoy enamorado de marina... ma ma ma, ma ma, marina"

El viento a contramano dijo...

Uhh, pobre arequita… me dio pena… Mi bici sufrió una suerte desgraciada también, era un Bici cross amarilla con cintitas celestes en el manubrio y empuñaduras naranjas… me encantaba, y un día llegué a casa apurado para ver Súper Campeones (mi dibujito favorito de la niñez)… y con el apuro la deje tirada en el patio con tanta mala suerte que mi viejo la piso con el auto… pobrecita, la hizo pelotaaa…
Me gustaron tus cuentos… y la inocencia que deja verse en este lugar… Saludos y algún día volveré (quizá mañana o pasado, je).

¡Jotapé! dijo...

Yo se dónde debe estar. En el pueblo natal de la Sole Pastorutti. Con su enamorado.

Por el camino del indio y el animal va don Ata.

El aire del cesho, las flores del vaie, se le enshiedan en el alma iaiai a don Ata.

Pablo G. dijo...

A veces uno se pregunta si no estará todo escrito y sin importar lo que uno haga (conocer amigos policías, hacer las denuncias, comprar cadenas, ponerle nombres a los objetos inanimados...) las cosas no pasarán de cualquier forma. Si no me tomo el ómnibus de siempre, conoceré en el siguiente viaje al amor de mi vida? Si le alcanzo la pelota en la playa a aquel niño, se convertirá en mi mejor amigo? Y si no lo hago, lo conoceré 10 días después e igual seremos mejores amigos?

Aunque también puede ser que sea solo una bicicleta, solo una cadena rota, solo unos ladrones que fueron por una coca cola y terminaron con Arequita.

Quién sabe...

chica pastiche dijo...

Así es, estimado Pablo G.
Vivir pensando ese tipo de cosas, es un poco desquiciante.

Tal vez, sólo tal vez, Arequita ese día decidió que era hora de dejar el nido. Agarró una cocacola para el viaje, un dvd para captar los radares de exceso de velocidad, y se fue ella solita, a recorrer el mundo del que no sabía nada hasta entonces.

La muy desagradecida podría mandarme alguna postal, por lo menos para yo saber que está bien!
Es lo que tienen los hijos...

chica pastiche dijo...

Así es, estimado Pablo G.
Vivir pensando ese tipo de cosas, es un poco desquiciante.

Tal vez, sólo tal vez, Arequita ese día decidió que era hora de dejar el nido. Agarró una cocacola para el viaje, un dvd para captar los radares de exceso de velocidad, y se fue ella solita, a recorrer el mundo del que no sabía nada hasta entonces.

La muy desagradecida podría mandarme alguna postal, por lo menos para yo saber que está bien!
Es lo que tienen los hijos...

Nandor dijo...

...o por lo menos un DVD con alguna registro gráfico...y alguna tapita de cocacola de algún otro lado (como aquellas botellitas chiquitas que salian antes -quizá me fui un poco demasiado atrás en el tiempo y CP aun no exisitía- con la palabra cocacola en varios idiomos).
Recién caigo con aquello que decia L.U. en, justo, "Geracao Coca Cola":

Quando nascemos fomos programados
A receber o que vocês
Nos empurraram com os enlatados
Dos U.S.A., de nove as seis


Salud L.U.!
Salud CP!

alejandro dijo...

Robarse una coca cola es una canallada.

Diario 2011 dijo...

KAjAjaJaJa

Es esta historia real ??