De todo un poco y de nada mucho


Este blog ha sido creado en honor a todos los pastiches del mundo.
Bienvenidos y no olviden dejar sus zapatos en la entrada.
Gracias.



31/12/17


- Él no es para vos - me dijo mientras pagaba la cuenta, poniendo de ese modo fin a la charla.
Quise rebatir la afirmación, no podía quedarme callada:
- Y vos cómo podés decir eso? Si ni siquiera lo conocés!
- Pero te conozco a vos. Sé decir cuando alguien te completa y cuando no.

Odio cuando me habla de ese modo, como si conociera cada vericueto de mi cabeza.
Y tan confiado de sus palabras, se pone la chaqueta y se acomoda el gorro.

- Me parece que estás diciendo cualquier cosa - discutí yo, cual manotazo de ahogado, porque en realidad es una frase hecha que utilizo para refrenar al otro. (Es que a nadie le gusta que le digan que está diciendo cualquier cosa).
Sin embargo esta vez no funcionó. Él no se volvió a sentar, y me quedó mirando desde su posición erguida, con esa soberbia en los ojos (cómo me fastidia).
Le hubiera tirado el café en la camisa, si de ese modo lo hubiera hecho sentar, pero ya no quedaba café en la jarrita.

- Te enojás porque sabés que tengo razón.
- Me enojo porque te CREES que tenés razón, pero no. Para que sepas, él es muy parecido a mí, tiene mi forma de ser. Nos gustan las mismas cosas, vamos a lugares comunes y pensamos lo mismo de casi todo. En fin, somos iguales...

No llegué a terminar la oración. Había captado el punto.
Él no dijo nada. Me miró, simplemente, y dejó escapar una sonrisa que lo significó todo.
Él lo sabía y yo también.

Salí del café y marqué por última vez aquel número en mi celular.

1 comentario:

Nandor dijo...

Anécdotas, es que llegó el último ciclista...y además hacía años que no desembuchaba.
Feliz año Pastiche!